Colaboradores
La ayuda que nunca llega
No es un mito que la adopción, siempre ha sido la opción más recurrente para las parejas que no pueden concebir un hijo, y es que, en el estado de Tamaulipas, tal parece que esto es un suplicio, dado la cantidad exagerada de trámites y “topes burocráticos” a los que son sometidos los aspirantes a adoptar, siendo que son muchos infantes los que esperan la oportunidad de ser tomados en cuenta para formar una familia, para pertenecer.
Esto visto desde una óptica terrenal, es una lata la cantidad de requisitos que se tienen que poner sobre la mesa para poder ser APTO, ya que el estado investiga todas las condiciones que imperan en la pareja, desde donde y como viven, como se llevan, vaya un estudio socioeconómico por demás minucioso. Y es motivo de queja entre la población que busca adoptar, solo que perdemos de vista un punto crítico, no se trata de el derecho que tienen las parejas de adoptar, se trata de que el menor recupere lo que perdió, o que tuvo solo por cinco segundos, una familia, un lugar estable donde crecer y desarrollarse como ser humano, rodeado de los elementos más imprescindibles para que esto pueda llevar a buen puerto como persona y ser de bien de la sociedad.
Mucho se ha hablado de las condiciones que deben de rodear a los candidatos a ser aptos, y es que en últimas fechas, las parejas del mismo sexo han tenido la iniciativa de querer adoptar, y esto en repetidas ocasiones es mal visto por la sociedad, ya que las condiciones sociales los dejan “deshabilitados” para tal efecto. Ya sea legal o social, existe el rechazo para este “formato” de ser padres, o madres, según sea el caso. Pero aun así con lo que se mencionó anteriormente, y con las condiciones idóneas para ser apto de proceso de adopción, tenemos una realidad más cruel, que es la de los miles de infantes que pasan por condiciones todavía más aberrantes en los lugares en donde “viven” actualmente, y los orfanatos donde se concentran la mayoría de estos niños y niñas, por que si bien existe la mayor de las voluntades por parte de los encargados de estos lugares, los recursos no siempre son suficientes para tener a todos bien y en condiciones óptimas las instalaciones de estos centros. Esto lleva todavía más profundo en lo que respecta a salud mental, alimentación y educación que en algunas de las ocasiones no son ni siquiera existentes, con esto no digo que sea una vida deplorable la que llevan estos chamacos, pero si tal vez debido al excesivo papeleo y requisitos, las parejas desechan la opción de adoptar, porque, por si fuera poco, este proceso tarda años, y si te tocó que hubo cambio de poder en el gobierno del estado, pues peor de empinado el asunto.
Los miles de niños y niñas que se encuentran en orfanatos a todo lo ancho del estado, están deseosos de formar parte de una familia, de ser atendidos como debió ser desde un inicio, de tener un mejor futuro y que por asares del destino no fue así. Tenemos en cuenta lo difícil que es la vida en estos centros y lo mejor que la pudieran pasar en casa con padres y madres “postizos”, así que creo que es momento de ver una verdadera reforma en lo que respecta a este trámite ya que es de las leyes más arcaicas, y que nadie se ha encargado de moverle en años porque simple y sencillamente no son “puntos” para ninguna campaña electoral. Son miles de niños que carecen de una familia, son miles de parejas que desean un hijo, ¿No les queda claro señores legisladores que es lo que hay que hacer?
Este post, va dedicado a los miles de niños que han sido adoptados a pesar de las complicaciones y los miles de obstáculos que ha pasado sus padres adoptivos, y también para aquellas parejas que sin querer se han vestido de héroes solamente por convertirse en padres de un ser humano que necesitaba un hogar, una familia.