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AYER MARAVILLA FUI

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Director: Gabriel Mariño

¿Qué es el amor? ¿Qué es el deseo? ¿Puede la nostalgia sobrepasar los límites físicos y del tiempo? ¿Será que el amor trasciende fronteras, cuerpos, colores, edad y sexo?

Estas son algunas de las muchas preguntas que llegaron a mi cabeza y que me mantuvieron despierta por varias horas luego de ver AYER MARAVILLA FUI, película del realizador mexicano Gabriel Mariño.

Sin tener antecedentes de la cinta a la que me enfrentaba, llegué a ella a través de Filminlatino, la plataforma que exhibe producciones increíbles que pocas veces podemos ver en otro sitio. Aunque AYER MARAVILLA FUI, se estrenó en este 2021, fue realizada en 2017.

La historia es sencilla y la vez profunda, como la gama de blancos, grises y negros que nos ofrecen su fotografía y cada uno de sus encuadres, que bien podrían ser piezas de colección en algún museo.

Una mañana, un hombre despierta en su cama y hace de ese acto sencillo y cotidiano, un ritual de reconocimiento. Toca sus dedos, sus manos, mueve su espalda, estira sus pies, su cuello… bueno, ¡parece que es nuevo en ese cuerpo! Y aunque se ve que lleva cerca de 60 años con él, lo toca y siente como si fuera la primera vez.

Tiene serias dificultades para tomar objetos con las manos y hacer movimientos finos, un temblor constante lo gobierna, pese a eso, disfruta cada uno de los pasos de su arreglo personal, se baña, se arregla, desayuna y sale a ver a sus plantas, platica con ellas, las arregla y luego, va a la calle a ganarse unos pesos.
En su caminar, se acerca a una estética y mira por la ventana a Luisa, una chica que corta el cabello de un cliente. Luego de un rato se atreve a saludar y ella le hace un corte de cabello también.

A ese hombre pasado de años, le interesa esa joven. A ella parece no desagradarle su presencia y, aunque la diferencia de edades es evidente, ambos disfrutan estar cerca, platicar, comer una naranja.

A la mañana siguiente, en el mismo departamento, en la misma cama, bajo la misma cobija, despierta una mujer que sigue el ritual de autoconocimiento y da los buenos días a sus plantitas. Les habla, desayuna, se viste con la ropa que está en el lugar, sale a ganarse la vida en lo que pueda y ¡oh, sorpresa! Queda prendada de Luisa, la chica de la estética.

Lo que sucede después entre ellas y la fuerza de cada una de sus charlas, nos hace entender poco a poco lo que quiere contarnos esta cinta que se mueve por los terrenos de la reflexión, la introspección y la ciencia ficción.

Encontrar la belleza en los sonidos e imágenes cotidianas, darle a la cámara el sitio en el que no solo se sienta cómoda, sino que nos transmita algo más que el transitar de las cosas y la música (dos piezas poderosas de Franz Shubert) hacen de esta, la segunda cinta del director oriundo de Puebla, una experiencia contemplativa.

No quiero contar más, hay detalles que a muchos críticos no les agradaron para nada, hay otros que hacen de AYER MARAVILLA FUI una experiencia que invita a pensar entre palomita y palomita de maíz.

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