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SCT restablece figura de Terceros Autorizados para realizar exámenes.

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Después de poco más de 20 meses que fueron canceladas las autorizaciones para los Terceros Autorizados registrados ante la Dirección General de Protección y Medicina Preventiva del Transporte (DGPMPT), el pasado 26 de marzo se dio a conocer el oficio mediante el cual se otorgarán de nueva cuenta estas acreditaciones.

Con un rezago que se estima en cerca de 700,000 exámenes médicos, resultado de no contar con la figura de Terceros Autorizados y también por los efectos de la pandemia COVID-19 que ha complicado los procesos en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

En 2018, el último año completo que operaron los Terceros Autorizados, de 357,349 Exámenes Psicofísicos Integrales (EPI) realizados, estas figuras aportaron 93% del total.

En el documento firmado por José Manuel Nogueira, titular de la DGPMPT se giran las instrucciones para que se realice el proceso para autorizar a los interesados para la evaluación del personal del transporte aéreo civil, marítimo, ferroviario y de autotransporte.

El Tercero Autorizado es la persona física autorizada por la DGPMPT para realizar exámenes psicofísicos integrales al personal técnico aeronáutico, el técnico de la marina mercante, el operador, conductor o auxiliar de los servicios de transporte federal y sus servicios auxiliares, que interviene en la operación, conducción o auxilio de los diversos modos de transporte federal y sus servicios auxiliares.

En un análisis realizado por Maribel Zúñiga, especialista en esta materia y que compartió con T21, existen diversas causas que dieron paso a la cancelación de la figura arguyendo corrupción, y que ahora deberán tomarse en cuenta para no caer en la misma situación.

“Existen causas estructurales y coyunturales que se pueden identificar y que la dependencia a cargo deberá tomar en cuenta”, comentó Zúñiga.

En las “causas estructurales” están:

  • Normatividad subjetiva, lo que originó diversos cambios en la directriz de para las autorizaciones o sin previa revisión del cumplimiento de la instalación y los equipos.
  • Estructura administrativa central pequeña, carencia de visión institucional del programa.
  • Carencia de planeación estratégica en el número de autorizados necesarios para atender la demanda; ausencia de escenarios de acción en caso de excedentes.
  • Sistema MEDPREV obsoleto, al igual que el equipo biométrico empleado para el examen.
  • Cobro anual por uso de sistema sin participación a la SCT de cada uno de los dictámenes emitidos (como en autotransporte, en donde se cobra por cada constancia emitida).
  • Falta de inducción de los autorizados hacia los objetivos estratégicos de la SCT en cuando a la seguridad de los usuarios de las vías generales de comunicación.

En tanto que las “causas coyunturales” que identificó Zúñiga y que somete a consideración son las siguientes:

  • Suplantación de identidad de los médicos.
  • Prestación del servicio autorizado en lugares distintos a los autorizados.
  • Prestación del servicio sin equipo completo y/o instalaciones inadecuadas.
  • Inadecuadas técnicas de ejecución del examen médico.
  • Personal auxiliar sin perfil para realizar labores médicas o paramédicas.
  • Continuas fallas en el sistema MEDPREV.
  • Depredación de usuarios por exceso de autorizaciones en determinados lugares.

A los puntos anteriores se podría sumar la escasa actividad de la autoridad para realizar la supervisión a nivel nacional de este esquema, y que pudiera traducirse en las sanciones correctas para el funcionamiento correcto de esta figura.

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