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Los datos biométricos para blindar tus datos bancarios

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Fuente: Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera Citibanamex

¿Sabías qué hoy en día tu rostro y tus huellas dactilares son la mejor forma de proteger tu dinero? A continuación, te decimos cómo hacerlo y así tener la tranquilidad de que tu dinero no corre ningún riesgo.

Hasta hace unos años, el hecho de pensar que nuestra huella digital o rasgos faciales podrían ser la llave para tener acceso a información personal de manera rápida y sencilla parecía un escenario muy lejano. Sin embargo, la tecnología avanza sin control y en todas direcciones, alcanzando incluso temas tan delicados como la seguridad de nuestras finanzas personales.

Acceder a tu cuenta bancaria desde tu celular, usando tu huella digital o una herramienta de reconocimiento facial, es ya una realidad. Por eso, es hora de que empecemos a hablar de los datos biométricos. Son esos rasgos que te dan identidad y que algunas herramientas como tu app bancaria utilizan para mantener todos tus datos seguros.

Como sabemos, cada persona es única y diferente. Sería algo extraño pensar que los datos biométricos se limitan sólo a las venas de las manos o las huellas dactilares. De hecho, hay varias partes de tu cuerpo que te pueden ayudar a “firmar” o proteger la información de tus cuentas bancarias:

  • Huellas dactilares: esta es la forma de autentificación más común; prácticamente todos los celulares la tienen. Al tener patrones irrepetibles, cada dedo de tu mano es una contraseña única y muy segura.
  • El rostro: una de las primeras formas de usar datos biométricos para proteger la información es el reconocimiento facial. Esta tecnología está basada en los parámetros de la cara; por ejemplo: la distancia que hay entre tus ojos, el tamaño de tu nariz o qué tan simétrico es tu rostro. Hay quienes piensan que este modo es uno de los menos confiables, pues aseguran que si alguien tiene acceso a una foto tuya, fácilmente podrían tener acceso a tus datos. Por esta razón, existen los métodos de verificación en varios pasos. Pueden conocer tu rostro, pero una contraseña o tus huellas dactilares no.
  • La voz: a muchas personas les parece incómodo repetir una frase frente a su teléfono, pero al igual que el rostro o las huellas dactilares, nuestra voz es una especie de código prácticamente irrepetible que la biometría aprovecha para proteger tus datos. También puedes encontrar este tipo de tecnología en los asistentes personales que utilizan comandos por voz para hacer llamadas, encontrar direcciones o, por qué no, poner música en una bocina inteligente.
  • La retina: cada vez que te digan que tienes una mirada única, obvio no están mintiendo. Tus ojos, además de ser hermosos, son una excelente forma de protegerte, pues al igual que las otras partes de tu cuerpo ya mencionadas, son únicos. Eso sí, para hacer una lectura de retina se necesita una cámara muy certera que no muchos dispositivos tienen. Así que habrá que esperar un poco más para poder acceder a tus cuentas con un guiño de ojo.
  • Geolocalización: aunque no es precisamente un dato biométrico, hay que mencionar esta nueva forma de proteger tu información. Al principio, la localización geográfica fue muy polémica, ya que muchas personas pensaron que era una medida que incluso atentaba contra su privacidad. Sin embargo, es realmente útil en caso de robos o extravíos, ya que permite a los dueños recuperar sus dispositivos donde tienen almacenados dichos datos.

Gracias a las nuevas tecnologías implementadas tu información es cada vez más segura. Una vez que un programa guarda tus datos biométricos, hará una comparación detallada con todos los futuros accesos para asegurarse de que sólo tú puedas ingresar a tus cuentas y así estar totalmente protegidos.

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