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Ciberseguridad y cómo protegerte

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Fuente: Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera Citibanamex

La creciente demanda de servicios financieros ha impulsado a las instituciones que participan en este sector a mantenerse en la vanguardia. La banca digital –que se entiende como la digitalización completa de los bancos y todas sus actividades, programas y funciones– ha demostrado ser un pilar fundamental para la supervivencia y el buen funcionamiento de los servicios financieros en un contexto como el actual.

La madurez de la banca virtual se traduce en un mayor uso de tecnologías de la información y de recursos digitales, principalmente el internet y los dispositivos móviles. Esto genera beneficios para el sistema financiero y la población al agilizar procesos y permitir mayor control financiero, consultar saldos, realizar pagos e incluso hacer transferencias, todo en tiempo real, desde casa y sin manejar dinero en efectivo.

Pero también conlleva la exposición a nuevos riesgos, entre ellos el cibernético. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), de 2015 a 2020 el porcentaje de personas adultas que utilizan la banca digital se incrementó de 7 a 15%, lo que representa un crecimiento de 7.5 millones de usuarios. En tanto, la Condusef en 2021 reportó más de 49,800 denuncias por robo de identidad, 54% más que en 2020.

En México hay una robusta infraestructura bancaria, regulada por la normatividad de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y respaldada por instituciones como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), que trabajan por blindar las operaciones y garantizar la seguridad del dinero.

Además, todos los bancos tienen su propia infraestructura de seguridad y colaboran con la Asociación de Bancos de México para proteger las operaciones bancarias.

Por su lado, el Banco de México, en coordinación con otras autoridades financieras, ha desarrollado en los últimos años una estrategia de mitigación de los riesgos cibernéticos para vigilar de cerca que sea seguro y se resguarde la información y recursos de los clientes.

Usa la banca digital sin bajar la guardia

El 2020 aceleró la banca digital para responder a los nuevos comportamientos y necesidades, así como ayudar a los usuarios a mantener las medidas de distanciamiento físico.

Los ciberdelincuentes sacan provecho del auge de la digitalización y el exceso de confianza de los usuarios. El malware bancario puede estar incluido en enlaces o archivos adjuntos de correos fraudulentos, SMS, redes sociales y sitios web falsos.

Y si bien los bancos tienen estándares de seguridad muy altos, sus acciones se complementan con tus hábitos de seguridad para mantener tu dinero y datos seguros.

Lo que necesitas saber para protegerte

Como regla general, protege cualquier dato personal como tu nombre, apellido, dirección, número de teléfono, dirección de correo electrónico, cuenta bancaria y números de tarjetas de débito o crédito tanto de los equipos y dispositivos electrónicos como a través de llamadas, mensajes o correos electrónicos.

Si recibes una llamada telefónica ¡ponte alerta!, estás acciones podrían ayudarte a identificar un fraude:

  • Llamadas con sentido de urgencia en un tono amigable en las que te piden realizar una acción para evitar cargos no reconocidos.
  • Solicitudes para realizar transacciones o alguna otra operación.
  • Cambios en el tono o comportamiento habitual del ejecutivo.
  • Sugerencias de perder dinero si no actúas.
  • Solicitudes para dar de alta una nueva cuenta y de esta forma evitar fraudes.

Si recibes una alerta vía SMS o por email, ¡verifica quien te contacta! Y sospecha de:

  • Solicitudes mal escritas, con mala gramática, sintaxis u ortografía.
  • Cambios en el membrete normal o la apariencia del correo electrónico por parte del banco o de proveedores.
  • Nombres o detalles de contacto alternativos.
  • Variaciones de dirección de correo electrónico o cambios de nombre de dominio del sitio web.
  • Peticiones de dar clics en enlaces y brindar información sobre tarjetas bancarias.

No te confíes solamente del identificador, si recibes llamadas no solicitadas de contactos no identificados, o a nombre de instituciones, y te piden ponerte en contacto con números nuevos o inusuales, proporcionar contraseñas o nip, recibir o actuar según instrucciones no solicitadas, hacer clic en enlaces inesperados o innecesarios en un correo electrónico, transferir la mayoría, o la totalidad, del saldo de la cuenta, aprobar transacciones desconocidas y transferir fondos antes o durante un día festivo ¡no lo hagas! Termina el contacto, es decir, cuelga o deja de responder en el chat. Y si tienes duda, comunícate con tu institución financiera a los teléfonos oficiales que están detrás de tus tarjetas y verifica la información.

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