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¡Asegura tu esfuerzo!
Fuente: Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera Citibanamex
Los accidentes y enfermedades nos pueden afectar sin importar el sexo, la edad, la condición socioeconómica o el lugar donde vivimos, ya que todos estamos expuestos a riesgos que pueden cambiarnos la vida y hacernos perder de un momento a otro algunos de los recursos más valiosos que tenemos.
Existen diferentes tipos de seguros, siendo los más comunes: de vida, de accidentes, de gastos médicos, de automóviles, de casa, entre otros. Un seguro nos ayuda a reducir el costo o efecto de una pérdida causada por una variedad de riesgos que nos rodean. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, 75.6% de la población adulta en México no cuenta con ningún seguro, lo que representa 59.8 millones de personas, 28.8% de ellas argumenta que no los necesitan, ni les interesa tenerlo y 16.6% consideran que son muy caros.
Un seguro es una herramienta financiera que ofrece una aseguradora mediante un contrato y nos permite protegernos económicamente frente a determinados riesgos del entorno. Este contrato puede tener vigencia de semanas, meses o años, y durante ese plazo nos ofrece un respaldo ante imprevistos, mediante el pago programado que hacemos como asegurados de una cantidad llamada prima.
Debemos saber que tener un seguro no elimina los riesgos a los que estamos expuestos, pero nos garantiza contar con determinada cantidad llamada suma asegurada en caso de ser necesario.
Como asegurados, es importante que nombremos a uno o varios beneficiarios, quienes serán las personas a las que se les pagará la suma asegurada en caso necesario. Podemos designar como beneficiarios a nuestro esposo o esposa, a los hijos si son mayores de edad, los padres o algún amigo cercano. Lo más importante es que sea alguien de toda nuestra confianza. Ser beneficiario es un privilegio y una gran responsabilidad, por eso debemos avisarle a quienes nombremos como beneficiarios y cuando llegue el momento puedan realizar el reclamo de la indemnización del seguro.
Estar asegurado te da acceso a diferentes beneficios como:
- Proteger y garantizar la conservación de tu patrimonio.
- Obtener ayuda para resguardar tu futuro financiero ante cualquier imprevisto.
- Recuperar la inversión de algún inmueble en caso de que sufra algún daño considerable.
- Recibir asistencia gratis en caso de emergencia, al contar con seguros de autos y hogar.
- Hacer pagos diferidos de acuerdo con tu capacidad de gasto: mensual, trimestral, semestral o anual.
Por lo general adquirimos un seguro “Por si acaso…”, o “No vaya a ser la de malas…”, tenemos que estar conscientes que sólo en caso de enfrentar la situación para la que tenemos el seguro, nos pagarán la suma asegurada, pero en otro caso no se nos devuelve la cantidad que pagamos por la previsión.
Un seguro es para hacer frente a algo que no queremos que pase, pero que puede suceder, por ejemplo, una enfermedad, un desastre natural o un accidente, la idea es que en lugar de tener que hacer un fuerte gasto en un momento difícil, podamos planear pequeños pagos que nos den seguridad en caso de alguno de estos imprevistos.
A continuación, te menciono algunos de los términos que caracterizan a los seguros:
- Condiciones Generales: documento en donde se establecen las “reglas” de una póliza
- Siniestro: término bajo el cual se le conoce al evento que detona la cobertura de un seguro
- Suma asegurada: responsabilidad máxima de la aseguradora
- Deducible: parte del daño que es cubierto por el asegurado, generalmente es un monto ($) fijo
- Coaseguro: similar al deducible, pero es un % del daño
- Vigencia: plazo durante el que es válida la cobertura de un seguro
- Prima: costo de un seguro
En la mayoría de los casos los seguros son flexibles y se adaptan a tus necesidades, considéralo, ya que nunca sabemos qué nos puede pasar o a nuestro patrimonio. Contratar un seguro, es una buena decisión para tu beneficio y el de tu familia.