Colaboradores
¡Salieron peor las de ahora!
A principios del año pasado, el sector transportista se vio gravemente afectado por la falta de operadores nacionales y binacionales, así como la falta de documentos (licencia) para poder majear cualquier tipo de transporte de carga, desde pesado, ligero, aéreo, etc.
En esta ocasión la pandemia la protagonista de tantas desgracias y desmadres, pegó severamente a este rubro económico, esto mencionando que fue el transporte de mercancías una de las actividades económicas declaradas como “imprescindibles” por todos los gobiernos en el mundo, para no afectar las cadenas de suministros de alimentos, medicamentos y bienes hospitalarios que estaban en boga en el 2020 para la sociedad en general y en un sector específico como el de la salud.
Esta vez las unidades de medicina preventiva en el transporte, las cuales se encargan de evaluar las condiciones físicas y psicológicas de los operadores y pilotos, y así dictaminan si son aptos para realizar esta actividad; Resulta que el gobierno decidió cerrar estas unidades dependientes de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, junto con estas oficinas, relacionadas con los trámites necesarios para transitar unidades en México y el extranjero.
Pues bien, debido a esto hubo prorrogas para “documentos vencidos” por parte de ambos gobiernos, mexicano y norteamericano, pero se les olvidó un solo punto, que atrás de esto había un rezago de operadores sin licencias, porque también (antes de la pandemia) decidieron cerrar unidades de carácter privado que otorgaban el mismo documento, quedando una plantilla de aproximadamente un treinta y cinco por ciento de los operadores sin licencia federal y sin prorroga.
En este contexto, un año después, se decide por parte del gobierno federal abrir tanto las unidades de medicina preventiva dependiente de la SCT como también los “Terceros Autorizados” ósea, los privados, dando esta autorización para unos cuantos, y no para todos los que ya laboraban anteriormente en las revisiones médicas.
Pero aquí es donde viene lo gacho de la flatulencia, en este regreso como fue tanta la afluencia de operadores que requerían este documento para trabajar, vieron con sorpresa que lo que antes costaba cerca de dos mil pesos ahora tiene un valor cercano a los siete mil pesos, ¿que por qué? La respuesta la acaba de tener usted amable lector en su cabeza ¡nada más por sus aguacates! Los costos oscilan actualmente entre los cuatro mil y los ocho mil pesos, “según el sapo, es la pedrada” dirían en mi pueblo. Así que después de caídos apaleados, porque hubo operadores que debido a un tecnicismo no alcanzaron la tan mentada prorroga, por consiguiente, miles de operadores estuvieron más de un año sin trabajar, siendo en algunas ocasiones, abusados por los mismos empleadores ya que no contaban con el dichoso papel para andar en regla, y no bastó con esto, sino que también sabemos que algunas autoridades les daban su “pasadita” por no andar derechos como dicen ellos.
Al día de hoy, se encuentran laborando decenas de “terceros autorizados” poniendo los precios que se les da la gana a este trámite y desgraciadamente son unos cuantos los que están laborando en esta ciudad, que dicho sea de paso la mayoría tienen su “base de operaciones” en otras ciudades, pero, viendo la oportunidad se dejaron caer a esta ciudad fronteriza debido a la alta demanda.
Y en lo referente a los precios y “costos extras” que cobran estas empresas para realizar este trámite no está normado por ninguna autoridad, las que anteriormente operaban en Nuevo Laredo fueron cerradas por “corruptas”, pero las que dejaron están de abusivas, ¿será que estábamos mejor cuando estábamos peor? No lo sabemos, lo único que sabemos es que gente que paso casi el año sin laborar, está empeñando la televisión, el carro o lo que tenga para poder pagar por este trámite y poder llevar el sustento a su hogar.
Tal parece que las decisiones que se toman en la capital del país siguen siendo muy alejadas de lo que deberás debería de favorecer al pueblo, ya nos queda claro que detrás del escritorio no es lo mismo que acá con los terrenales.