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Cyber Bullying La otra cara del Internet
Desde su última reforma en 2020, el Artículo 202 del Código Penal Federal en México sanciona con hasta 12 años de prisión a quienes produzcan, almacenen, o distribuyan material íntimo de personas menores de edad. Sin embargo, expertos en materia jurídica y ética aseguran que esta no es la solución al problema.
Desde su última reforma en 2020, el Artículo 202 del Código Penal Federal en México sanciona con hasta 12 años de prisión a quienes produzcan, almacenen, o distribuyan material íntimo de personas menores de edad. Sin embargo, expertos en materia jurídica y ética aseguran que esta no es la solución al problema.
Fernando de la Fuente, abogado y presidente de Fundación Sophia, sostiene que la clave para abatir este fenómeno desde su raíz es a través de la comunicación en familia, y promoviendo valores en el núcleo social.
“Tenemos que educar a los papás para que junto con sus hijos tengan la posibilidad de prevenir un delito que puede llegar a afectar al menor en una esfera tan íntima, que muchas veces es difícil detectar”, expuso.
Con estadísticas de la Organización de Naciones Unidas que posicionan a México en el primer lugar mundial de difusión de pornografía infantil, además de cifras captadas por Fundación Sophía que detectaron que 1 de cada 3 menores de edad en México difunde o recibe imágenes íntimas, la educación y concientización sobre el tema se vuelve cada día más importante para preservar la integridad familiar.
“El mal existe, en internet un error puede provocar desde el saqueo de una cuenta bancaria, hasta una depresión e incluso un suicidio”, cita De la Fuente, con un extracto del libro Internet Negro, haciendo referencia a los efectos colaterales que puede conllevar la difusión no concientizada de material sensible.
“Parte de la educación implica hacer ver que en la mayoría de los casos el niño es manipulado para que pierda el miedo a todo consejo que le dieron sus papás, de esta manera baja la guardia, es enganchado por un pedófilo y abusado”, explicó Fernando de la Fuente.
Destacó que el abuso sexual puede darse a través del monitor, ya que abarca desde la extralimitación psicológica y emocional, hasta la física.
“Todo esto afecta la voluntad del niño y lo lastima en una esfera tan íntima que no te das cuenta de que algo anda mal hasta que ves que tiene bajo rendimiento escolar, un cambio drástico de peso, o se orina en la cama; el niño sabe que le pasó algo malo pero no tiene palabras para explicarlo porque no lo entiende”, profundizó.
Fue a partir de 2012 que el tema de almacenamiento y difusión de imágenes íntimas se abrió camino en el Código Penal Federal para comenzar a emitir sanciones, pero el especialista se mantiene firme en que la mejor solución es prevenir el delito.
“Como padres de familia, debemos tener como prioridad prever y prevenir que todo esto suceda, tenemos que darle la importancia a la vida virtual de nuestros hijos por la trascendencia que puede tener en la vida real.
Si bien la falta de educación tecnológica y el distanciamiento familiar contribuyen a la generación de este tipo de materiales, también es atribuido a las alarmantes estadísticas de abuso en consumo de sustancias entre menores de edad que se presentan a lo largo de la República.
Un estudio realizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en 2016, colocó en primera posición a México como el país de Latinoamérica en el que predomina el consumo de alcohol entre menores de edad.
“En México tenemos cifras que nos indican que los niños consumen 18 litros de alcohol por año, eso por sí solo es alarmante, y nos lleva al tema del sexting, y del grooming; porque las adicciones conllevan desinhibición, y de la mano tenemos la violencia de pareja, en los que la víctima es obligada a proporcionar ese tipo de contenido”, declaró el abogado activista.
Sumergidos en una cultura donde lo virtual predomina por encima de lo real, y la tecnología funge como el pilar principal de la vida social, es cada vez más difícil imaginar una intimidad sin medios digitales de por medio. Desafortunadamente a pesar de esto, aún no existen en México las instancias adecuadas (ni con personal debidamente capacitado), para resolver algún problema cuando las cosas se salen de control.
“Defiendo la libertad de expresión, pero toda acción tiene una consecuencia, y dentro de los casos en los que se comparte material tan delicado por voluntad propia, se debe tener en cuenta que liberarte así, exponiendo tu intimidad en las plataformas, es una situación que te puede generar problemas más adelante”.
Actualmente Fundación Sophia es la única en México que trabaja de la mano con Facebook a través del programa “Nunca Sin Tu Consentimiento”que tiene como fin evitar escenarios en los que imágenes privadas se puedan volver virales.
En caso de ser víctima de cualquiera de este tipo de actos, el presidente de la fundación recomienda que se tenga un acercamiento con la familia nuclear para poder sobrellevar la carga emocional, y juntos acudir a la fiscalía correspondiente; así como denunciar ante la policía cibernética, además de buscar apoyo por parte de un especialista de la salud mental.
“Tenemos mínimo 12 intervenciones por día para la contención de imágenes, y no conozco a una sola persona que haya sido violentada en su intimidad, a través de plataformas y a raíz de una situación como esta, que se sienta bien contenta por lo que hizo”, concluyó De la Fuente.