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Amor nada artificial
COLUMNA: APANTALLATE
Por: Mary Carmen Urrieta
Sí, hace muchos, muchos años, 20 para ser exactos, que esta cinta vio la luz. Una nueva era abrazaba al mundo y los avances tecnológicos que se esperaban eran insospechados.
En el primer año de los 2 mil llegó, bajo la dirección de Steven Spielberg, INTELIGENCIA ARTIFICIAL, una historia que fue pensada por Stanley Kubrick a quien la vida no alcanzó para cristalizar este proyecto.
Fue un cineasta muy distinto al realizador de LA NARANJA MECÁNICA, quien tuvo en sus manos un proyecto que hasta ahora se antoja impresionante y polémico: la Inteligencia Artificial.
Debo confesar que muchos críticos detestan esta cinta, otros la reconocen como una versión “moderna” de Pinocho, el caso es que la historia de una pareja, en particular de una mamá, que decide adoptar a un niño-androide luego de perder al suyo, es un llamado a la maternidad, a la estrecha y bellísima relación que solo una madre puede tener con sus hijos, nacidos del vientre o del corazón.
Sin olvidar que estamos ante una cinta futurista, nos enfrentamos a la posibilidad de adoptar hijos sobre pedido, o por catálogo. Se puede elegir el color de los ojos, el tono de voz, la estatura y otras características que en otro momento, el tiempo y la vida regalan a los seres humanos.
Un detalle importante en esta cinta, que cuento porque seguramente todos ya la hemos visto en algún momento de estos 20 años, es que el pequeño cuenta con un “manual de iniciación”, una serie de palabras que programan al niño para nunca olvidar la relación con su mamá.
A lo largo de la cinta vemos como Mónica, la madre de David, el niño-androide, no se convence del todo de querer al pequeño. Tiene sus dudas, pues finalmente y aunque parece un ser humano, es una máquina.
David, por su parte, cree fielmente que su realidad es la de cualquier otro niño, cree que su mamá es Mónica y de inmediato establece un lazo con ella, como bien prometía el catálogo.
El miedo y los recuerdos alejan a la madre de su hijo y enfrentan al pequeño a una inesperada orfandad que nos pone, como espectadores, a su mismo nivel de indefensión y vulnerabilidad.
Muchas son las cosas que enfrenta el niño y todas las supera pensando solamente en una cosa, encontrar a su mamá.
Aventura que tiene un final que no revelaré, pero que nos lleva por reflexiones, lágrimas y recuerdos de la relación que tienen las mamás con sus hijos.
Si buscan una película que los haga reflexionar sobre la maternidad, sin importar si es en un futuro lejano o en la actualidad, sobre los alcances de la ciencia y la tecnología, sobre lo humano y las máquinas, considero que Inteligencia Artificial es una de las muchas cintas con todo lo necesario para ponernos a pensar, valorar y llorar (mucho).