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Tiempos Atípicos

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Actualmente pasamos por trivialidades en lo que respecta a salud tanto física como mental, y aun así pareciera que no pasa nada, que tenemos todas las libertades como años atrás y tenemos en la psique esa falsa sensación de seguridad en lo que a salud respecta. Estamos a nada de que esta temporada de cuaresma pasada, nos arrime una friega peor que la de diciembre en cuanto a contagios se refiere, ya que los movimientos tan “tradicionales” que se dan de andar de pata de perro entre pueblo y pueblo, y andar visitando a la tía que todo el año no ve, será las que probablemente ocasionaran esta próxima oleada de contagios.

Por otro lado, el sentimental, se recurren a tácticas sufridas de comentar que siempre ha sido una tradición juntarse en familia para conmemorar estas fechas, porque según los cánones católicos así lo marcan, sabemos de sobra que es uno de los pretextos perfectos para ponernos hasta las manitas y agarrar una borrachera destructiva con los primos que tenemos años sin ver, y si, se extraña la visita a la presa, al rio, al rancho y otras partes que son tradición aglomerar en estos días, andar a caballo, pasear en moto y los clásicos cascarones, todos lo anhelamos. Y no solamente esta festividad es la que transgrede a la sana distancia, somos un pueblo que denota la unión familiar y la convivencia a la menor provocación, somos sociales por naturaleza, la idiosincrasia así nos obliga desde niños, pero, ahora las circunstancias son distintas, estamos hablando de que una sola persona en un lugar confinado o poco espacioso pueda ser el portador del virus y mandar a más de cuatro al hospital y si no es que en mayor número a la tumba.

Creo que es el deber de las generaciones más antiguas en esta sociedad en establecer las dinámicas en las cuales se deben de abstener el andar del “tingo al tango”, como ciudadanos responsables, debemos de entender que estas fechas si bien son de gozo, jubilo y aún más alcohol, tendremos que entender que no está el horno para bollos todavía, y que apenas empezamos a sacar la cabeza del agua con el aplanamiento de la curva de contagios, y así debe de seguir.

Nos están tocando tiempos caóticos y totalmente atípicos, donde el teletrabajo o el famoso home-office se está tomando muy enserio por parte de las empresas y los empleadores, y la planta laboral lo exige con tal de no ser infectados y preservar vida, pero a la hora que se trata de tomar las medidas precautorias de sanidad en lo que respecta a festejos somos aprensivos y muy recatados, somos la sociedad de las contradicciones donde unas cosas nos convienen y otras no tanto, así que, seamos conscientes y formemos parte de este progreso que se ha dado poco a poco de reducir contagios, no seamos parte de la estadística, sigamos con lo que tanto nos ha costado trabajo a todos tener hasta ahorita, vida…

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