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Un año de zozobra, muerte y paralización.

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La ciudad de Nuevo Laredo alcanzó el año de su primer caso de Sars-CoV2 mejor conocido como Covid-19, en este tiempo la inquietud y la desinformación hicieron mella en la sociedad, desde pretender que el calor pudiera controlar el virus hasta que la situación no era real, la situación no fue para menos ya que el impacto del virus fue devastador para algunas partes de la población. Vamos a hacer un análisis pequeño sobre esta situación.

Una infraestructura de salud y hospitalaria por los suelos, debemos de recordar que al inicio de la pandemia apenas se debatía el famoso Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) donde de un plumazo se eliminó el seguro popular que muy criticado y todo, pero atendía a personas sin acceso a la salud.

La carencia de empleos, despidos, el estancamiento económico y la bancarrota llegaron sin avisar e impactaron de una manera descomunal a las Micro, pequeñas y medianas empresas no solo de la ciudad sino del mundo. No había manera de determinar la gravedad de fenómeno que estábamos por experimentar, con tristeza hoy sabemos que no estábamos preparados y los emprendedores y empresarios algunos con fondos de contingencia se quedaron en la ruina.

Las escuelas y universidades tuvieron que determinar muchas de ellas al vapor esquemas de reacción para no perder el año escolar, la infraestructura virtual nunca fue prioridad en los escenarios de la educación en México, y ahora es una necesidad inminente. Y la realidad aunque duela los niños y jóvenes no han aprendido lo que debieran en el ciclo escolar pero no fue opción cancelar el año como si lo fue en Texas.

Falta de visión estratégica desde una óptica epidemiológica, jamás se realizó un cerco sanitario ni un seguimiento de la ruta de contagio como si se realizó en otros países desarrollados y es que la intención solo parece ser política y no médica.

Sin recursos, sin apoyo y con recursos propios el personal médico de la primera línea contuvo el embate de la primera y segunda ola de la pandemia en México, con tristeza veíamos los cubrebocas de papeles con los que se les dotaba al personal, simplemente inhumano y hay quienes están en la primera línea y aun no tienen la vacuna.

De chile, mole y pozole llegaron las vacunas, una falta grave en un sistema de planeación epidemiológico, ya que en lugar de contener pueden existir nuevas variantes del virus, de plano la política y la incompetencia le ganó a la planeación y a la ciencia.

Las redes sociales desinformando, con tristeza hubo quienes minimizaron la pandemia desde sus perfiles sociales y sus seguidores les siguieron. La realidad es que 200 mil muertos (Oficiales) pudiendo ser más, según las cifras proyectivas pudieran rondan en el medio millón es alarmante. Hay que continuar cuidándonos, y ser cautos. La mejor opinión es la de usted, amigo lector.

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