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Petróleo secó el desarrollo en México
La dependencia económica en México hacia el petróleo tiene un lugar histórico en el renglón del desarrollo, la frase del presidente José López Portillo de “Tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia” allá por lo años 70´s generó confianza y tranquilidad en su momento, con los ingresos del llamado “oro negro” el país construyó escuelas, hospitales, carreteras e infraestructura.
La organización de países exportadores del petróleo (OPEP) con el paso del tiempo fue sentando las reglas del juego donde emporios petroleros como Emiratos Árabes con el apoyo de Estados Unidos trazaba las directrices de la oferta y la demanda.
Con el confinamiento de la pandemia generada por el SARS-CoV2 se registró la mayor caída del precio del petróleo en la historia mundial, las teorías económicas hicieron su parte y el barril de petróleo cayó hasta los 10 dólares cuando la tarifa se ubicaba en alrededor de los 60 dólares, esto prendió los focos rojos en la OPEP y se propuso un esquema de producción inteligente para satisfacer el mercado.
Y es que era de esperarse, si las personas el mundo no utilizan sus automóviles pues no se utiliza la gasolina y la gasolina viene del petróleo y con ello se genera un efecto dominó, lo alarmante es que el golpe no se pronosticaba tan grave y severo.
El presidente Enrique Peña Nieto en su momento dijo, “La gallina de los huevos de oro se nos fue acabando, se nos fue secando, de ahí se financiaban muchas cosas, cuando el precio del petróleo se cotizaba alto, el gobierno tenia excedentes”, la declaración de mandatario obedecía a un bajón de las reservas petroleras del país del 2000 al 2016 de cerca del 38%, ello como era de esperarse impactó en las finanzas mexicanas. Este problema derivó en la famosa reforma energética que permitía a extranjeros realizar ejercicios de exploración y explotación de yacimientos petroleros, ahora con el presidente Andrés Manuel López Obrador fue derogada.
¿Qué no nos llevó a matar a la gallina de los huevos de oro? Según expertos, la falla catastrófica se debió a dos vertientes, la primera de ellas, una mala administración financiera y deuda; y la segunda, una falta de visión para planear la exploración a mediano plazo. La actualidad es que existe una dinámica petrolera pero no como en épocas de bonanza, es decir es tiempo de vacas flacas.
Tristemente ahora México tiene una gran dependencia en dos vertientes donde no se tiene el control, una de ellas son las remesas de los compatriotas mexicanos que migraron principalmente a Estados Unidos y que cabe mencionar que han ido al alza aunque no sea lo ideal; y la segunda ventana de ingreso fuerte pero también no constante, es el turismo que como todos sabemos por la cuestión de la movilidad tiene limitaciones. La frase ahora sería ¿Tenemos que acostumbrarnos a la dependencia? La mejor opinión es la de usted.