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El llamado de la naturaleza empieza a cobrar factura.

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Estamos casi a nada de que esta película de ciencia ficción que estamos viviendo por la pandemia, se convierta en una trilogía de esas que dan miedo y que creíamos que solo podrían ser resultado de la imaginación de gente con alto coeficiente intelectual. El llamado de la naturaleza ya esta a nada de cobrar factura por las imprudencias del ser humano, ya estamos presenciando una de las mayores devastaciones ecológicas en la sierra de Arteaga entre Nuevo León y Coahuila, siendo este uno de los pulmones mas importantes del noreste de México, sin contar la cantidad de fauna y flora que están siendo destruidos y desgraciadamente no es de los temas ecológicos mas graves que estamos por tener.

Nuestro rio Bravo, o rio Grande como le conocen del lado norteamericano, se esta secando, y no es necesario ser ingeniero pluvial para ver como de manera drástica el caudal ha sido reducido, en algunas partes se puede ver el suelo o la cuenca del rio que casi es de pensarse que puede ser cruzado a pie en algunas partes. Las falta de lluvia, la tremenda sequia por la que estamos pasando es de los protagonistas en esta tragedia, y todavía no entendemos que tenemos que cuidar el vital líquido, porque jamás pensamos que esto fuera a suceder a nuestros pueblos, por que sí, no solamente son un par de ciudades que serán afectadas por esta escases, estamos hablando de fronteras desde el estado de Chihuahua, hasta el sur de nuestra frontera chica que acaba en Matamoros, estamos hablando de millones de habitantes los cuales estamos haciendo uso indiscriminado e irresponsable de este recurso.

Jamás pensamos que esto podría pasar, jamás creímos que esto del calentamiento global nos iba a pasar factura, pero desgraciadamente lo esta haciendo. Las presas en sus niveles mas críticos, tanto la presa “La Amistad” como la presa “Falcon”, las cuales compartimos sus propiedades con el vecino del norte, y de este punto de vista tan orgánico, podemos ver que el futuro acerca del agua no es alentador, las lluvias no han sido las necesarias para llenar los vasos naturales que tenemos como fuente del vital líquido, si bien sabemos que el nuestro rio nace en las montañas del estado norteamericano de Colorado, dependemos de las presas las cuales no han captado nada de las lluvias, porque simplemente no las ha habido.

En otras partes del país está siendo ya una rutina los cortes al suministro del agua, como pasa actualmente en CDMX y el Valle de México, que el sistema Cutzamala ya bastante mermado, no esta siendo suficiente para las necesidades básicas de la población, se tiene que recurrir a este sistema de ración para no quedar totalmente “secos” por el uso indiscriminado o sin conciencia del líquido.

Tenemos que aprender esta lección que la naturaleza nos esta dando, y los puntos importantes son estos, primero, si bien el hecho que no llueva es parte de un sistema globalizado de contaminación al medio ambiente como parte del calentamiento global, no podemos pasar por alto el hecho de que estamos contribuyendo al deterioro de la naturaleza a través de la contaminación, segundo, tenemos que crear conciencia sobre el uso del agua y las prioridades que serán parte de un futuro inmediato para no quedarnos secos, tercero, no ayudar o contribuir con la contaminación a nuestros ríos, manantiales, ojos de agua, presas, de ellas dependemos como región para que seamos todavía viables en cuanto a población y desarrollo se refiere. Nuestro mañana se ve negro, y según vemos también seco, no pasemos por alto esta llamada de atención que la madre tierra nos está dando.

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