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Coordenadas de la elección intermedia 2021: Los puntos de partida
- Esta nota plantea los temas que consideramos influirán de manera más destacada en
las elecciones intermedias de este año en México— Consideramos que se trata de un
evento de la mayor relevancia en el panorama económico y político del país dado que su
resultado podría modificar sustantivamente el control dominante que hoy día ejercen el
Presidente López Obrador y Morena en el sistema político nacional. - La crucial elección legislativa intermedia se conectará con una multitud de otras,
locales, a lo largo y ancho de todo el país. Además de relevar a los 500 miembros de la
Cámara de Diputados, por primera vez en un mismo año se elegirá a 15 de los 32
gobernadores, 30 estados renovarán sus congresos locales y se votarán miles de autoridades
municipales. En total, 20,792 cargos de elección popular se definirán en un solo día (6 de
junio). - Aunque hay diez partidos políticos con registro nacional que participarán en estas
elecciones, la competencia se estructurará básicamente alrededor de dos grandes
coaliciones: una encabezada por Morena y otra conformada por la oposición más tradicional:
PAN, PRI y PRD. Pese a sus diferencias ideológicas, estos buscarán unir fuerzas para intentar
contener a Morena en tantas elecciones como sea posible. - ¿Cómo se ven las cosas al arranque? AMLO y Morena han perdido respaldo durante los
primeros dos años de gobierno, aunque aún son fuertes. El número de electores
desencantados con Morena ha crecido. Sin embargo, hasta ahora la oposición no ha logrado
capitalizar los fracasos de la Administración López. - Nuestro pronóstico temprano es que Morena incrementará el número de gubernaturas
que controla pero que la mayoría que su coalición integra en la Cámara de Diputados
disminuirá. Morena parece ser altamente competitiva en ocho de las quince elecciones
gubernatoriales. Pero en la pista legislativa difícilmente podría repetir su extraordinario
desempeño del 2018. - En los próximos meses daremos seguimiento a la evolución de varios temas que
creemos serán relevantes en estas elecciones. Estos incluyen el papel que AMLO decida
jugar en la elección y el potencial aumento en la polarización política, la eficiencia de la
coalición opositora, la forma en que progresen la pandemia y las crisis económica y de
seguridad que enfrenta el país, entre otros. - Esta nota será la primera en una serie de publicaciones con las que actualizaremos la
cobertura de estas elecciones a lo largo del período de campañas.
El 6 de junio México llevará a cabo la elección legislativa intermedia y los
resultados de ésta podrían modificar sustantivamente el panorama político
actualmente dominado por el Presidente López Obrador y Morena. Con cerca de
21,000 cargos de elección por definir ese día—incluyendo la renovación de los 500
diputados federales y 15 de las 32 gubernaturas—, AMLO confía en que su partido,
Morena, logrará conservar su posición mayoritaria en el Congreso y que ampliará su
control en el ámbito de la política local. Esto resultaría estratégico para la ambición
morenista de renovar su mandato presidencial en 2024. Sin embargo, la oposición está
configurando una amplia coalición cuyo objetivo es contener el avance de Morena en la
estructura de poder público. Ellos podrían desarticular la mayoría casi constitucional
que AMLO controla hoy en la Cámara de Diputados, e intentarán también retener lo
más que se pueda de sus bastiones estatales tradicionales. Si tienen éxito, la agenda
de política pública de los próximos tres años quedaría más sujeta a negociaciones. Y,
más aún, esto seguramente también le infundiría ánimo a la oposición para rehabilitar
sus plataformas en preparación para el relevo presidencial del 2024.
Lo que sigue es nuestra evaluación inicial de los temas más destacados
relacionados con este evento de grandes proporciones en la agenda política de
México— la primera en una serie de publicaciones con las que actualizaremos la
cobertura de estas elecciones a lo largo del período de campañas. Presentamos
aquí nuestra visión de lo que está en juego, el estatus de arranque de las diversas
contiendas y las que creemos serán los principales retos para el partido en el poder y
para la oposición. También ofrecemos un pronóstico temprano de lo que podrían ser los
resultados legislativos y gubernatoriales conscientes de que, en este momento, este
pronóstico está basado en muy pocas encuestas, todas de carácter preliminar.
Paradójicamente, creemos que la conclusión general derivada de estos datos
preliminares (e.g. que Morena podría perder poder en el Congreso y expandir su control
de gobiernos estatales) podría terminar por acercarse al resultado final, incluso pese a
que no descartamos ver fuertes fluctuaciones en la intención de voto en los próximos
meses. Nuestra intención con esta primera nota y las actualizaciones subsecuentes es
ofrecer a los lectores un mapa para orientarlos en su lectura de la información que se
derivará del complejo panorama político en el que tendrán lugar las elecciones de este
año.
Hay mucho en juego
La crucial elección legislativa intermedia se conectará con una multitud de otras,
locales, a lo largo y ancho de todo el país. La de este año será la elección más
grande que México haya visto en varios planos, empezando por el incremento en el
tamaño del padrón electoral. Sólo tres años después de la elección en la que López
Obrador llegó a la presidencia en 2018, ahora hay cerca de seis millones más de
votantes registrados (aproximadamente 94,980 millones en total). Para atender al
electorado más grande y facilitar el protocolo de sana distancia, este año se
establecerán más casillas, aproximadamente 164,550 en total, lo cual significa 7,500
más que en 2018. Adicionalmente, dado que varias reformas electorales recientes han
mandatado la concurrencia gradual de las elecciones locales con las federales, el
número de cargos políticos en juego en 2021 también es mayor. Además de la
renovación de los 500 miembros de la Cámara de Diputados, el 6 de junio se relevarán
15 de las 32 gubernaturas, 30 estados renovarán sus congresos locales y 30 renovarán
a sus autoridades municipales. El Senado permanece sin cambios durante el período
presidencial de 6 años. Considerando que en México no existe el voto anticipado ni el voto por correo (excepto para los mexicanos que residen en el exterior), estos 20,792
cargos se decidirán en un solo día (Cuadro 1).
Pero la importancia estratégica de estas elecciones radica en que Morena
competirá por consolidar e incluso ampliar su posición dominante en el
sistema político. La resistencia será intensa. La llegada de Andrés Manuel
López Obrador a la presidencia en 2018 con un histórico 53.1% del voto generó
un arrastre favorable a Morena en todas las otras pistas que estuvieron en juego
ese año. En el voto a Cámara de Diputados, por ejemplo, Morena pasó de obtener
9.4% de los asientos en 2015 a 50.4% en 2018. Esto después de recibir el beneficio
de sobrerrepresentación que autoriza la ley electoral mexicana. Luego, aunque el
conjunto de la coalición “Juntos Haremos Historia” (Morena, PT, PES) obtuvo 46%
de los votos, por efecto de las varias alianzas que estableció con partidos más
pequeños y legisladores en lo individual, terminó por controlar prácticamente 66%
de las curules (Gráfica 1).1
En el Senado, Morena no tenía ningún escaño antes
de 2018 y, de la noche a la mañana se convirtió en la enorme primera minoría con
47% de los asientos. Junto con sus aliados, controla 60% de los escaños
2). El control de Morena sobre gubernaturas es mucho menor, aunque pudiera
entenderse como el efecto circunstancial de que en 2018 sólo hubo 9 elecciones
para gobernador, de las cuales Morena o miembros de su coalición ganaron 7.
Esto podría cambiar drásticamente en 2021 porque esta vez cambiarán 15 de las
32 gubernaturas. En 2018, 29 estados renovaron sus congresos estatales y ahí, el
arrastre detonado por la candidatura presidencial de López Obrador le otorgó a
Morena mayorías en 16 congresos estatales, una menos de las necesarias para
validar reformas constitucionales.2
A nivel municipal, en 2018 el partido de AMLO
ganó cientos de cargos, muchos de los cuales fueron una sorpresa incluso para
Morena. En 2021, con el equilibrio de poder fuertemente inclinado a favor de
Morena, la oposición no puede permitirse perder nada, y la oposición dará una
batalla feroz para tratar de recuperar el terreno perdido (Gráfica 3).
Morena enfrentará numerosos obstáculos desafiantes… Primero, todo partido
en el poder tiende a sufrir cierta erosión en elecciones intermedias, derivada del
castigo ciudadano por los desaciertos del gobierno. Ahí hay muchos temas que
podrían costarle a Morena. En segundo lugar, sin AMLO en la boleta electoral,
es probable que una victoria abrumadora como la de 2018 no vuelva a ocurrir. Es
muy probable que ésta sea la razón por la que el Presidente insiste en
mantenerse presente en la mente del electorado durante este proceso. Una
consulta pública que se llevará a cabo en agosto, promovida por el Ejecutivo para
preguntar a los ciudadanos si creen que el gobierno debiera hacer judicialmente
responsables por sus decisiones a los funcionarios públicos (actuales y previos),
posiblemente sólo tiene el propósito de justificar que el Presidente hará campaña
de facto, defendiendo su consulta con argumentos favorables a Morena/en contra
de la oposición. En tercer lugar están la pandemia y la crisis económica asociada.
No es claro qué impacto tendrán en la percepción de los votantes cuando llegue
la jornada electoral en junio, en particular dado el programa de vacunación en
curso y las perspectivas de recuperación económica. Es innegable que, con cerca
de 300,000 muertes en exceso sólo en 2020 y una contracción del PIB de
alrededor del 9% ese año, así como con el muy limitado apoyo fiscal a los hogares
… pero también sus rivales. Para la oposición es obvia la importancia de
recuperar al menos algo de lo perdido en 2018 en la Cámara de Diputados.
Incluso para los partidos tradicionales más grandes como el PRI y el PAN podría
resultar difícil superar la debilidad que reflejan las encuestas tempranas, dada la
falta de una identidad renovada y la ausencia de liderazgos que ofrezcan
alternativas creíbles a los potenciales votantes desencantados. El programa de
austeridad del gobierno federal y la coyuntura sanitaria y económica harán difícil
que los gobernadores de oposición apoyen a los retadores. En los últimos años,
AMLO ha reducido sistemática y sensiblemente los recursos públicos para
gobiernos estatales. Entonces, a pesar de la naturaleza predominantemente local
de las elecciones de este año, la escasez de recursos puede impedir que los
gobiernos estatales liderados por la oposición movilicen sus a bases electorales.
En contraste, el gobierno federal ha priorizado la continuación de sus programas
sociales en todo el país, como su principal respuesta fiscal a la recesión desatada
por la pandemia. Finalmente, esta última presentará dificultades logísticas al
proceso electoral que, creemos, podrían perjudicar más a la oposición que al
partido del gobierno: las restricciones a los actos masivos de campaña y el efecto
disuasivo para la participación son ejemplos de ese impacto.